Actualmente, se observa como el perfil de los abogados de asesorías jurídicas ha ido cambiando de forma paulatina, pasando de ser perfiles cuya actuación solo se requería en caso de conflicto, a ser una figura necesaria para las operaciones de negocio y la estrategia de la compañía, participando en el desarrollo e impulso de los proyectos empresariales desarrollando sus capacidades de liderazgo.
En el abogado de empresa, en tiempo pasado, realizaba funciones ajenas a al funcionamiento empresarial, sin embargo ahora, en la actualidad la situación del abogado es estratégica, debido a que su asesoramiento en los conflictos empresariales planteados tiene un resultado directo en las propias cifras empresariales, aportando el criterio del asesor una perspectiva jurídica del todo necesaria en aras del buen fin del negocio.
La contratación de un asesoramiento jurídico añade un valor adicional a la empresa dado que los profesionales son plenamente conocedores del marco legal en el que la empresa desarrolla su actividad, su participación en la estructura empresarial previene y elimina riesgos no sólo económicos sino de impacto reputacional y de desgaste de la compañía.
El asesor jurídico ha de ser generalista en varias áreas del derecho pero con un profundo conocimiento del sector, del negocio y de lo que ocurre en los departamentos internos de su empresa, siendo capaz de gestionar equipos, y, a la vez, los riesgos empresariales dentro del marco legal.
Las empresas se encuentran buscando soluciones más globales a los complejos problemas que se le plantean, requiriendo asesores que comprendan en de forma íntegra la dinámica del negocio en cuestión y el impacto que las decisiones legales adoptadas puedan tener en otros ámbitos de su actividad.
Un abogado de empresa es aquel que tiene como objetivo la de asesorar y velar por los intereses de su cliente, y que este tenga la tranquilidad de que las decisiones transcendentales han contado con el previo análisis y asesoramiento legal de.
La estrecha relación con el empresario, le aporta al negocio un valor del que con toda seguridad derivará el éxito en su negocio.
